jueves, 20 de octubre de 2011

La caligrafía como recurso para el diseño a mediados del siglo XX

Una cosa lleva a otra, yo no estaba buscando ejemplos caligráficos, pero accidentalmente me topé con montones de extraordinarias soluciones editoriales y publicitarias que emplean la caligrafía como recurso de diseño en unas revistas de los años 50 y 60 que compré hace un par de años en una librería de viejo. 

Arreglos de texto simples, estilos cancilleresco, uncial, romano; en algunos casos también es posible observar la integración de la imagen ilustrada y pequeños acentos de color. No es casual que correspondan justamente al periodo que ahora investigo en relación a Boudewijn Ietswaart, el uso de la letra dibujada era mucho más común en aquellos tiempos ya que los diseñadores no tenían, como en la actualidad ocurre, acceso a catálogos electrónicos con miles de fuentes. Dibujar letras era económico y rápido (si bien no quiero decir que dominar el arte de la caligrafía fuese una tarea simple.)


Ahora lo tenemos relativamente sencillo, y sin embargo, ¿no vemos a diario cientos de ejemplos donde el diseñador emplea fuentes mal proporcionadas, ilegibles, carentes de signos ortográficos, completamente anodinas? ¿Porqué no aprender de lo que se hizo en el pasado, tomar lo que nos sirva y crear nuevas, emocionantes (y también económicas) soluciones para la palabra basándonos en la caligrafía? 


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