viernes, 25 de noviembre de 2011

El pingüino más famoso del mundo no baila tap

Cuando se fundó a mediados de la década de 1930 la casa editora Penguin Books revolucionó el mercado del libro inglés; fue tal vez la primera en ofrecer un extenso catálogo de ficción que incluía a los grandes escritores de la época: Ernest Hemingway, André Maurois y Agatha Christie, entre otros, al precio equivalente a una cajetilla de cigarros.

Por otra parte Allen Lane, creador de Penguin, conocía el desinterés de las editoriales por invertir en la producción de colecciones que incorporaran propuestas de diseño en cubiertas e interiores, menos aún si se trataba de libros que se venderían a bajo costo. Inconforme permanente, Lane se enfocó en conseguir lo contrario y la editorial adoptó un interés progresivo por el cuidado de la tipografía y el diseño de sus cubiertas. Bajo la dirección creativa de Jan Tscichold en los 40 y de Germano Facetti en los 60, las colecciones de Penguin se convirtieron en un referente mundial para el diseño del libro rústico.

A poco más de setenta años de su fundación, las colecciones del pingüino se han convertido en íconos del diseño a través de las diversas épocas y estilos que lo han moldeado, pero sobre todo a través de los diseñadores que han hecho de la cubierta rústica una obra de arte donde bailan alegremente la imagen y la palabra.

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